domingo, 30 de mayo de 2010

Cacao / Rodrigo Russo

EL COMERCIO DEL CACAO
Los comerciantes de Guayaquil heredaron el negocio del cacao de los productores del interior, estaban asentados en el malecón de la ría donde tenían sus casas de comercio con amplias bodegas para almacenar el fruto hasta tanto se lo pudiera exportar y así de simple intermediarios pasaron a ser los capitalistas del negocio, con barcos que servían para llevar cacao a los puertos de venta, tales como Realejo, Callao, Panamá y Acapulco.

Las cosechas se traían por la vía fluvial, los agricultores vivían endeudados con los comerciantes que solían otorgarles préstamos como adelantos por las cosechas. Hacia 1880 el negocio del transporte también cambió, ya no se usaban las balandras o veleros y surgieron las flotillas fluviales como la de Pablo Indaburo Ortiz o la de Jaime Puig Mir y las primeras casas bancarias abrían sus puertas al comercio y a la agricultura, aunque no existían sistemas de fomento, que esto fue muy posterior y en el presente siglo.

El mayor empresario del cacao que se conoce fue Manuel Antonio de Luzarraga, viscaíno que llegó de marinero a Guayaquil con Casal y Solines, luego casó con Panchita Rico Rocafuerte cuya dote acrecentó su fortuna hasta convertirse en el hombre más influyente de la ciudad. Hacia 1856 uno de sus hijos satisfizo urgente necesidad de la corona española otorgándole varios préstamos y fue agraciado con el Condado de Luzarraga por la reina Isabel II.

Sin embargo el comercio guayaquileño no se reducía únicamente al cacao, había que aprovisionar a la Cuenca del Guayas de una serie de productos elaborados que llegaban del exterior. Las cosas se adquirían de contado y se miraba de reojo a los que pedían crédito. El dinero se guardaba en las cajas fuertes ubicadas en algún sitio estratégico del almacén que también servía de bodega. Las operaciones bancarias de descuento de obligaciones se realizaban sin garantía y a simple firma. Letras y pagarés circulaban entre el vecindario y la mayor parte se originaban en los almacenes del malecón y de la calle del Comercio, hoy Pichincha. Existía un fluir constante de riqueza entre los comerciantes y los agricultores que arribaban a la orilla. Las comisiones fluctuaban entre el 10 y el 12% anual, siendo proverbial la honorabilidad de las gentes, el cumplimiento de la palabra y el trato hecho. Las demandas por sumas de pesos eran contadas en los Juzgados.

La exportación del cacao se hacía a nombre del vendedor o por cuenta del inversionista extranjero con agencia en Guayaquil, Los Vallarino, Obarrio, Pérez, Planas, Orrantia, Stagg y Lozada tenían oficinas centrales en Panamá y agencias en Guayaquil y New York. Faltaban bancos, todo se hacía con el crédito del exterior.



Mapa interactiva de los flujos de comercio de cacao en grano entre paises (campaña agrícola 2004/05)

Fuente: Elaboración por la UNCTAD con estadísticas del boletín trimestrial de estadisticas del cacao de la Organización Internacional del Cacao ( ICCO ),
Nota :
- Indonesia : por el año 2005 unicamente los datos son de COMTRADE (SITC rev 2 : 0721) ,
- Nigeria : los flujos de comercio indicados son las importaciones de cacao de origen Nigeria durante la campaña agrícola 2004/05.

Producción mundial de cacao en grano, moliendas y balance oferta/demanda de 1960/61 a 2004/05

Fuente: Elaboración propria UNCTAD basado según estadística da la Organización Internacional del Cacao ( ICCO ), boletín trimestrial de estadisticas del cacao

Conclusiòn:

Hasta el fin del siglo XX, la compra y la exportación en la mayoría de los países productores estaba

en manos de organismos de Estado que tenían como primera misión estabilizar los ingresos de los

productores fijando un precio de compra anual. Estaban encargados Londres y Nueva York de

organizar la compra, el transporte, el stock, el control y la venta de cacao. Con los ingresos, tenían la

posibilidad de sostener el valor y garantizar estos precios ventajosos para los productores. Pero

estas organizaciones de Estado no eran eficaces y sobre todo ponían impuestos altos sobre el

producto. Debido a las convenciones internacionales sobre el cacao, se trataban de estabilizar los

valores mundiales y así procurar ingresos asegurados a los productores pero se han quedado sin

efectos por razones de superproducción de cacao e interés antagonistas entre países productores y

consumidores.

Sobre la influencia del BM y del FMI el liberalismo ha ganado el mercado del oro negro. Los países

productores han dejado el negocio de cacao a empresas privadas, abriendo así los mercados

nacionales a la competencia.

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